Desde 2007, La Hora del Planeta ha puesto en la mira los problemas del cambio climático y la pérdida de la naturaleza que enfrenta el mundo. Desde Asia y África, hasta América del Norte y del Sur, desde Oceanía y Europa, hasta la Antártida, hemos llegado a más de 190 países y territorios y a millones de personas en todo el mundo, generando espacios de diálogo y movilización, cientos de miles de artículos en los medios y miles de millones de impresiones en línea.
 
Para alcanzar nuestra meta de tener una naturaleza en positivo para el 2030, el 2024 debe ser un año de cambios. Más que nunca necesitamos que las personas, las empresas, las comunidades, los pueblos y las ciudades se unan a La Hora del Planeta. Para comprometerse y crear la Hora Más Grande para la Tierra. 60 minutos de unidad global, en apoyo y celebración de nuestro planeta.

Desde un evento único y simbólico de apagado de luces hasta convertirse en un movimiento global anual de acción medioambiental positiva, La Hora del Planeta ha recorrido un largo camino desde su inicio en Sídney en 2007.

Hoy en día, es el mayor movimiento mundial por el medio ambiente, uniendo a personas, comunidades, empresas, organizaciones y gobiernos de 192 países y territorios para luchar juntos por nuestro planeta. A lo largo de los años, La Hora del Planeta ha puesto de manifiesto no solo los problemas del cambio climático, sino también la pérdida de la naturaleza y las presiones ambientales interrelacionadas a las que se enfrenta el mundo. Ha provocado millones de conversaciones, inspirado acciones tangibles e influido en la implementación y creación de políticas públicas.

Este año, La Hora del Planeta 2025 en Bolivia tendrá como temática central el agua, bajo el lema “Si hay agua, hay vida”, recordándonos la importancia de proteger uno de los recursos más vitales para la vida en la Tierra. La crisis hídrica es una de las amenazas más graves que enfrenta nuestro planeta, y el agua dulce, fuente esencial para millones de personas y ecosistemas, está siendo cada vez más escasa debido a la contaminación, el mal manejo y el cambio climático.

WWF sabe que la acción colectiva tiene un gran poder. Durante décadas, las personas han encontrado la fuerza para mejorar sus comunidades y se han unido para lograr un cambio duradero. En un entorno político mundial cada vez más polarizado y con comunidades de todo el mundo sometidas a una gran tensión.

La ciencia es clara. Lo que suceda en los próximos cinco años definirá el futuro del agua dulce y, con ello, la vida en la Tierra. Tenemos un margen crítico para encaminar al mundo hacia la sostenibilidad antes de que la degradación de los ecosistemas acuáticos y el cambio climático generen impactos irreversibles. El riesgo de fracaso es real y sus consecuencias, inimaginables.

Un aliado imprescindible en el proceso de descarbonización es la naturaleza, por lo que se debe priorizar igualmente la detención y reversión de la pérdida de los espacios naturales. El Informe Planeta Vivo 2022 de WWF ha revelado que las poblaciones mundiales de vida silvestre se han desplomado un 69 % en promedio desde 1970. El efecto de la pérdida de hábitat y la pérdida de biodiversidad no solo pone a las especies en riesgo de extinción, sino que a su vez pone a las personas en riesgo de perder sus hogares y el acceso a recursos básicos como alimentos, agua y un entorno habitable.
 
Las acciones urgentes por el clima, la naturaleza y la biodiversidad son aún más necesarias que nunca. Esta década debe ser el punto de inflexión en el que reconozcamos el valor de la naturaleza y prioricemos su recuperación junto a la de nuestro clima.

Todos podemos ser parte de la Hora del Planeta 2025. Únete y demuestra al mundo que tú, tu familia, tu comunidad, tu municipio, tu empresa, tu universidad o tu organización se preocupan por los desafíos del planeta y apuestan por un futuro en armonía con la naturaleza.